Alrededor de 1706 empezó a trabajar como director de música en la Catedral de Coimbra, donde estuvo cerca de diez años.
Tomó la orden militar de Santiago en el monasterio real de Palmela el 24 de julio de 1716, haciéndose también mestre de capela de ese monasterio, puesto que conservó hasta por lo menos 1752.
Sus composiciones ahora casi todas perdidas, como las catalogó Barbosa Machado, incluyen 42 obras sacras, algunas para hasta 18 voces. Sobreviven copias del siglo XVIII de las partes para Maitines de Semana Santa (responsorios para soprano, alto, tenor y bajo, violonchelo y órgano)
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